Nadia Podoroska protagonizó una memorable remontada y ganó la medalla de oro en tenis en los Juegos Panamericanos

Nadia Podoroska vivió una semana de ensueño en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. La tenista, N° 287 en el ranking de la WTA, revirtió el resultado ante la estadounidense Carolina Dolehide, cuarta cabeza de serie, y se impuso por dos sets a uno, para quedarse con la medalla de oro, la primera en la disciplina y la duodécima para la delegación argentina.

La rosarina, de 22 años, había perdido el primer set por 6-2, luego ganó el segundo 6-3 y en la eterna tercera manga (duró 67 minutos) terminó triunfando 7-6 en el tie break, luego de haber estado 0-4 abajo. Una prueba de coraje.

«Todavía no puedo creerlo, el partido fue muy complicado para mí. No me sentí cómoda casi en ningún momento, jugué todo el tiempo con el score abajo, pero traté siempre de mantener la estrategia. Busqué jugar con lo que tenía, luchar cada punto y al final se dio», declaró, luego de haberse quedado con la presea.

«Al final estaba muy emocionada, es la primera vez que juego con tanto publico. Estaba todo el público a mi favor gritando ‘vamos Argentina’. Son sensaciones nuevas que las pude manejar y creo que me hizo bien, al final crecí en parte por eso», concluyó.

En semifinales, Podoroska había vencido 6-3 y 6-4 a la paraguaya Verónica Cepede, primera preclasificada; en lo que representó el gran golpe de la competencia. En cuartos, su víctima fue la estadounidense Usue Arconada. Antes, sus víctimas habían sido las ecuatorianas Mell Reasco y Charlotte Paredes.

Gracias a la victoria, Podoroska sacó pasaje a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aunque para revalidar la plaza necesita ubicarse entre las primeras 300 del ranking en julio del año próximo. Hoy asentada en España para abaratar los costos de traslado entre torneo y torneo, consiguió en Lima el título más importante de su foja, un gran envión para lo que viene.

De abuelos ucranianos y aficionada al tenis desde los 5 años, su ídolo de la infancia era Guillermo Cañas. Sus primeros puntos en el circuito los consiguió con apenas 14 años. Las lesiones y otros vaivenes le propusieron obstáculos, pero logró sortearlos. La medalla de oro que hoy cuela de su pecho es el premio al esfuerzo, durante la gran final, y a lo largo de una carrera que ahora, más que nunca, resulta prometedora.