En el cuadro de mujeres, la rumana Mihaela Buzarnescu escribió la historia del día en este viernes de Roland Garros. Eliminó a la ucraniana Elina Svitolina (metiendo 38 tiros ganadores en dos sets), una de las candidatas a llegar lejos, pero además sigue rompiendo barreras para su carrera que no para de crecer a los 30 años, con solo dos disputando full time los torneos del nivel más alto en la WTA: Esta es apenas su quinta participación en cuadros de Grand Slam.
Solo había jugado el US OPEN 2017 (pasando la clasificación, cayó ante Caroline Wozniacki) y el Australia Open 2018 (cedió en el debut otra vez ante la danesa). Es decir que recién esta semana logró su primer triunfo en un cuadro de Grand Slam y con el adicional que es la primera vez que juega en Roland Garros, logrando una actuación impresionante y asegurando su ingreso al top 30.
Todo un suceso, si pensamos que hace dos años jugaba solamente torneos ITF. En esta temporada llegó a la final de Hobart y Praga, ambos torneos WTA, además de lograr un gran triunfo ante la letona Jelena Ostapenko en Doha.
En 2017, su salto de calidad fue inmenso al escalar del puesto 540 al 55 en una sola temporada. De repente los torneos ITF le quedaron chico y pudo pasar sin problemas a los WTA. En 2006 había salido campeona de dobles en el US OPEN, y casi 11 años después, podía plasmar su tenis en resultados positivos.
Desde el primer partido se mostró con mucha confianza (solo había pisado París en 2017, cayendo en la segunda ronda de clasificación) y ahora intentará dar otro golpe ante la estadounidens Madison Keys, favorita 13 y finalista del US OPEN del año pasado.
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